Por fortuna, cada vez estamos más concienciados con el cuidado del medioambiente, por lo que en nuestras decisiones como consumidores hay una tendencia creciente en buscar ese producto, marca o servicio con la etiqueta de sostenible, respetuoso con la naturaleza o eco-friendly. Pero, ¿realmente todos lo son? ¡Lo descubrimos hoy hablando del concepto greenwashing y de otras estrategias de marketing.

El greenwashing es un lavado de cara, una estrategia de marketing que pretende mostrar una marca o un producto como ecológico cuando, en realidad, no lo son. Se considera un “lavado verde” cuando una empresa afirma haber adquirido un compromiso con el medioambiente (por ejemplo, en la producción, en el funcionamiento interno del negocio o en los productos y servicios que proporciona), pero los cambios no son significativos o incluso buscan tapar otras prácticas poco sostenibles. Y, ¿cómo consiguen cambiar nuestra percepción sin realizar cambios significativos en el modelo de negocio? De un modo sorprendentemente fácil.

En ocasiones ni siquiera es necesaria una etiqueta de “sostenible” para que demos por hecho que es una empresa ética con el medioambiente. Si se realizan cambios hacia tonos verdes o elementos de la naturaleza en el packaging, el logo o incluso en el feed de las redes sociales de una marca, nuestra mente lo asumirá como una alternativa ecológica y positiva para el medio, aunque esté muy lejos de serlo.

En otras ocasiones nos venden la moto con falsos grandes esfuerzos. La empresa crea una campaña publicitaria en la que demuestra su “gran” compromiso y los grandes cambios que se afrontarán, cuando en realidad son esfuerzos marcados por la legislación. Por otro lado, también nos suelen engañar con eslóganes falsos o afirmaciones imprecisas como “para nosotros la sostenibilidad es un trabajo continuo”, “queremos reducir la huella de carbono” o “trabajamos para reducir y compensar nuestras emisiones”. En conclusión, también son necesarios datos objetivos y acciones concretas y no solo enunciados vagos sin un verdadero deseo de cambio tras ellos.

En el otro lado de la balanza, encontramos estrategias de marketing que, si bien tienen como objetivo lograr mayores beneficios para una marca, también llegan a mostrar un compromiso real con la causa. Entre estas acciones podemos citar la organización o colaboración de eventos ecológicos, la realización de donativos o colaboración con organizaciones del sector, el uso de materias de proximidad o impulsar el consumo sostenible. Además, si contamos con productos respetuosos con el medioambiente, avalarlos con las etiquetas ecológicas y las certificaciones pertinentes siempre será un acierto.

En cuanto a las redes sociales siempre serán un escaparate perfecto para mostrar qué acciones reales y hechos concretos emprendemos para aportar nuestro granito de arena en la protección y cuidado del medio ambiente. Y, sobra decir, que lo que más se valora en este altavoz tan potente es ser transparente y verídico.

Estas estrategias de marketing deberían ir de la mano de hechos reales y efectivos y no encaminadas exclusivamente a aparentar ser ecológicas para conseguir mayores beneficios. En definitiva, la etiqueta de una marca nunca será sostenible si no va acompañada de un cambio de mentalidad por parte de las empresas.

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