Siempre se genera cierta expectación alrededor del primer y último anuncio en televisión del año. Y no es para menos, ya que en los minutos previos y posteriores a las campanadas que presentan el Año Nuevo, estamos pegados como moscas a este aparato, dispuestos a decidir la suerte de los próximos trescientos sesenta y cinco días con doce uvas. Precisamente, por las elevadas cifras en cuanto a audiencia se refiere, este espacio publicitario privilegiado no es apto para cualquier empresa, ya que supone una inversión económica muy elevada. Por ello, cada vez más, los negocios tiran de estrategias de publicidad online, puesto que son más accesibles e igualmente efectivas.

Coca-Cola, Estrella Galicia o Porcelanosa son algunos de los nombres de las marcas ganadoras de este espacio en los últimos años y a través de estos tres ejemplos nos podemos imaginar la magnitud del gasto publicitario realizado. Otro detalle que habitualmente cumplen estos spots publicitarios es que apelan a las emociones, tal y como nos lo ha demostrado Coca-Cola, para así captar la atención y fidelizar a un público que se siente identificado por la historia que se está a narrar.

Como es de suponer y en los tiempos que corren, publicitarse en los medios convencionales no es apto para todos los bolsillos, por lo que las redes sociales e Internet en general se han posicionado como un escaparate útil y barato para presupuestos más ajustados.

La manera de colocar anuncios en las redes sociales o en páginas web es muy variada. Dentro del propio contenido, por ejemplo, si en un vídeo colocamos una colaboración con otra marca; a través del mailing, es decir, enviando mensajes a aquellos usuarios subscritos a nuestro contenido; publicidad display, que incluye cualquier elemento visual publicitario que se pueda encontrar en un portal; el retargeting, que alcanza a consumidores que han interactuado de un u otro modo con nosotros; y SEM o Search Engine Marketing, que se refiere a la creación de campañas publicitarias de anuncios por clic a través de buscadores como Google, entre otras muchas opciones.

Sin embargo, a la hora de hablar de su sencillez y asequibilidad, no nos podemos olvidar de hablar de los denominados Social Ads, la publicidad en redes sociales. No se puede confundir con una publicación orgánica, que es aquel contenido compartido sin algún costo y que también puede conseguir un gran alcance. Hoy en día, la gran mayoría de redes sociales tienen su propia plataforma publicitaria.

Es el caso de Facebook Ads, que integra también a Instagram, y que dispone de amplias opciones de segmentación, desde parámetros demográficos hasta gustos e intereses de la audiencia a la que se pretende llegar. Twitter también cuenta con su propia plataforma denominada Twitter Audience Platform y permite crear campañas adaptadas a nuestros objetivos. Por otro lado, Youtube Ads sería lo que más se aproxima a un anuncio en el medio televisivo, ya que se introducirían nuestros spots publicitarios en contenidos de la plataforma.

Quizás Facebook Ads sea la mejor opción para aquellos que, lejos de estar contentos con el alcance orgánico, quieren un pequeño empujón en sus publicaciones. Aunque según la precisión y especificaciones que queramos será más o menos sencilla la creación de una campaña, en términos generales consta de los siguientes pasos:

  1. Objetivo. El primer paso que se debe tomar es decidir el objetivo de la campaña que se está a punto de iniciar: aumentar los seguidores en redes sociales, conseguir mayor tráfico en nuestra página web, un mayor número de interacciones con nuestro contenido…
  2. Segmentación. Una campaña publicitaria sin un público objetivo claro al que dirigirse no es efectiva. Por ello, Facebook Ads nos ofrece variadas opciones de segmentación: localización, edad, datos demográficos, intereses, comportamiento (por ejemplo, a través de que dispositivos accedemos a las distintas plataformas), etc.
  3. Presupuesto. Tendremos que definir cuánto queremos gastar bien a diario, más adecuado para las campañas que no tienen fecha de finalización fija, o total, para aquellas de las que se conoce su duración. El mínimo diario es de tan solo un euro.
  4. Formato. Podemos promocionar desde una publicación antigua hasta vídeos, imágenes, colecciones de fotografías, secuencias, presentación multimedia, ofertas… ¡Existen casi tantos formatos como anuncios!

Las redes sociales han popularizado las campañas publicitarias y las han convertido en algo económico y accesible. Es así que en la red confluyen tanto grandes marcas internacionales como pequeños productores y empresarios locales.