En la red podemos encontrarnos con numerosos indicadores para medir nuestro progreso en ella. De hecho, son una herramienta muy útil para saber si nuestra estrategia digital está funcionando o si está cumpliendo las expectativas de nuestros objetivos. Es así que también nos permiten rectificar y cambiar el rumbo de nuestras acciones para conseguir los resultados deseados, los cuales, a su vez, pueden cambiar con el transcurso del tiempo. En definitiva, existen innumerables métricas para cuantificar y cualificar nuestra estrategia digital. Y, hoy, nos centraremos en una que está estrechamente ligada con el branding y que habla sobre la notoriedad de una marca y cómo la audiencia nos recuerda.

El brand awareness es esa métrica que nos indica cuánto y cómo un consumidor identifica, asocia y recuerda una marca y sus aspectos más reseñables. También conocida como conciencia o reconocimiento de marca, persigue la notoriedad, la reputación y la diferenciación. Su finalidad no es otra que conseguir que la audiencia relacione una marca con una categoría (denominado brand recall) o atributos (brand recognition) de un producto o servicio. Y, por ende, lograr ser la primera opción de consumo entre las distintas posibilidades del mercado. Por ejemplo, si nuestro negocio es una peluquería, el objetivo sería lograr ser el primer nombre que aparezca en la boca de un usuario cuando se habla de un cambio de look, teñir el cabello o una manicura.

Son tres los componentes que conforman la conciencia de marca. En primer lugar, la notoriedad o el grado de conocimiento que el público objetivo tiene de una marca. En segundo lugar, el recuerdo positivo o la asociación de valores positivos. Y, en tercer lugar, el posicionamiento, es decir, destacar sobre la competencia en la mente de los consumidores.

Además, en la escala del brand awareness se pueden diferenciar tres grados de conocimiento: 

  • Top of mind. Tal y como el nombre indica, es la que ostenta el primer puesto en el podio de marcas de una determinada categoría, la primera que los consumidores recuerdan.
  • Recuperación sin ayuda. No es la que primero se nos viene a la cabeza, pero somos quien de recordarla y asignarle su categoría de producto correcta.
  • Memoria asistida. Necesitamos un estímulo para asociarla y recordarla. 

El quid de la cuestión está en cómo lograr que nos reconozcan sin morir en el intento. No hay una respuesta universal para ello, pero hay varios puntos que siempre van a ser un impulso para un negocio y una visión positiva de él:

  • Fomenta la confianza. Todo vínculo necesita de confianza para construirse y la relación con una audiencia o un público objetivo no es una excepción. 
  • Humaniza tu marca. Mostrar tu cara y tu lado más humano es una de las maneras más efectivas de acercarte a tu público. Se sentirá identificado contigo y, por tanto, se crearán conexiones positivas.
  • Feedback. Precisamente de las conexiones nace la necesidad de un feedback. Si quieres alcanzar el reconocimiento de marca es imposible conseguirlo sin socializar, sin conversar y sin escuchar atentamente a tu audiencia.
  • Contenido emotivo. Si construyes una historia alrededor de tu marca no solo lograrás humanizarla, sino que harás que se emocionen y, la emoción, es una de las maneras más fáciles de hacer que el público conecte y comparta tus valores y contenido.

Con la conciencia de marca podemos deducir que no es suficiente con que nos recuerden, sino que es necesario que nos recuerden bien. Y no cabe duda que esto solo se puede lograr con paciencia y mucha perseverancia.