Un uso adecuado de redes sociales ayudan a crecer a nuestra marca de la misma manera que lo podría hacer un escaparate en una calle muy concurrida de una gran ciudad. ¿Qué más tienen en común las plataformas sociales con dicho escaparate? Ambos nos entran por los ojos y, detrás de esa estética lograda y cuidada de la que suelen presumir, hay un gran trabajo que no siempre se pone en valor.

Las fotografías que compartimos dicen mucho de quiénes somos, qué hacemos y cómo lo hacemos. Por ello, una estética al azar, una mala calidad de las imágenes o un contenido que no tenga relación con nosotros, puede perjudicarnos o hacer más difícil la consecución de nuestros objetivos en nuestra estrategia digital. Entonces, ¿qué consideraciones debemos tener en mente para nuestras fotografías y diseños?

En primer lugar, deberíamos cuidar las dimensiones y adaptarlas a las exigencias de cada red social. Aunque todas admiten pequeñas variaciones, Instagram prefiere un formato cuadrado, Facebook agradece un formato más apaisado y, plataformas como Tik Tok o las stories en cualquiera de sus variantes, requieren de fotografías o infografías verticales. Asimismo, la imagen de perfil es la primera toma de contacto que el público puede tener con nuestra marca, por lo que sería contraproducente que apareciese incompleta. En general, deberá adaptarse a un marco circular o cuadrado.

Además de las dimensiones, deberías asegurarte de otros aspectos como la calidad. Ten en cuenta que una imagen con una resolución baja o con una iluminación deficiente harán que al subirla no resulte sencillo visualizarla.

En relación a la estética también te recomendamos que sigas un leitmotiv o hilo conductor. Por ejemplo, utiliza siempre el mismo filtro para editar tu contenido, incluye elementos o colores comunes en todas las fotografías, etc. Si alguna red se caracteriza por poder ofrecer una carta de presentación cuidada de nuestro negocio, esa es Instagram. Haz destacados con tus stories y ponles una fotografía de portada que sea representativa de las mismas o crea un feed, aprovechándote de sus dimensiones (tres imágenes por fila), con tu propio estilo. Así pues, podrás combinar tus imágenes por columnas, filas, dándole forma de ajedrez o incluso creando un mosaico. Tu imaginación será el único límite para el diseño único del feed. 

Es un hecho que los usuarios nos aburrimos más rápido de lo que canta un gallo. Por ello, las imágenes efímeras y dinámicas tienen el éxito asegurado. Ya nos hemos percatado de que las stories han llegado para quedarse e invadir todas las plataformas sociales. Esto se debe a que el contenido efímero y en el que se puede participar, bien sea respondiendo una pregunta, participando en una encuesta o deslizando hacia la siguiente storie, aumenta nuestra hambre por contenido breve y fácil. Esto último -y en relación a Instagram-, se puede aplicar también a las publicaciones de nuestro feed: los carruseles, ese conjunto de hasta diez fotografías que podemos visualizar deslizando, son de los contenidos con más engagement del momento.

Por otro lado, la mayoría de las redes sociales están pensadas para conectar con los nuestros. Aunque seamos una empresa, no tenemos por qué abandonar esa faceta más personal. De hecho, es muy recomendable que dejemos que nuestro público mire a través de la cerradura que los separa de los entresijos de nuestro negocio. Mostrar una mirada cotidiana y humana hará que la audiencia conecte con nosotros y, por ende, nos ayudará a aumentar nuestros seguidores o clientes. Te aconsejamos que seas lo más natural y cercano posible.

Sin embargo, no debemos olvidarnos de que cada plataforma tiene su propio objetivo. Así, por ejemplo, LinkedIn requerirá de imágenes que denoten profesionalidad y seriedad,  mientras que Instagram, Facebook e incluso Twitter se amoldan mejor a un tono informal y próximo.

En definitiva, si te quieres diferenciar de la competencia, una imagen bien trabajada y pensada vale más que mil palabras. Al final, entre dos empresas que ofrecen los mismos productos o servicios, resultará más atractiva aquella que tenga un perfil cuidado y bonito.