La comunicación es un peculiar modo de compartir. La particularidad consiste en que se trata de un compartir sin pérdida, pues lo que se comparte es información. Es conocimiento. Es saber.
Son cuatro las características esenciales que afectan a la empresa:
- ES HUMANA. La comunicación es algo exclusivo del ser humano. Hay fenómenos aparentemente similares en otras especies animales pero la ausencia de libertad los hace esencialmente distintos. Un animal no es capaz de acciones cargadas de significado sino solo de comportamientos cargados de instinto. En tu negocio, tu comunicación se dirige -principalmente- al usuario, al cliente y consumidor.
- ES SOCIAL. La comunicación siempre está orientada a otro, a alguien distinto al yo. Existe una unidad de origen, el que habla, y una unidad de destino, el que escucha. En el ámbito empresarial tampoco tendría sentido comunicarse, únicamente, con uno mismo.
- ES REFERENCIAL. La comunicación es un compartir sin pérdida. Lo que se comparte es conocimiento, en el sentido amplio del término. Ese conocimiento es conocimiento de algo, lo que implica que existe una realidad, un mundo común. Por eso la comunicación es referencial, pues se percibe de un modo más o menos parecido ese mundo común y la comunicación se realiza por medio de un elemento físico que también es compartido. Para la empresa, esto implica la necesidad de ponerse, a diario, en la piel del destinatario.
- ES COMPLEJA. No es solo una cosa, es un proceso complejo en el que se manejan significados. El proceso comunicativo no consiste en que un actor comunique y otro padezca la comunicación, sino que ambos se comunican. La comunicación exige, por tanto, la eficacia: tiene que romperse la brecha de conocimiento entre los partícipes. Su complejidad explica la necesidad de convertir la comunicación en una área de atención independiente dentro de cada organización.
La comunicación es, por tanto, una realidad ubicua cuya actividad tiene efectos en las restantes áreas empresariales: promoción o ventas, por ejemplo.