Cuando decidimos embarcarnos en la aventura (y reto) de emprender, se nos insiste en construir una imagen de marca con suma delicadeza. Y este cuidado no es para menos, ya que es la carta de presentación de nuestro negocio, de lo que podemos ofrecer y de lo que nos diferencia de los demás. Además, en una sociedad en la que cada vez cobra mayor importancia la faceta digital, debemos prestar especial atención a cómo nos ven y cómo nos mostramos en la red y, en concreto, en redes sociales.
Una imagen de marca es como un edificio: para su construcción es necesario disponer de unas guías básicas para no fracasar en el intento y varios pilares sobre los que sustentarlo. Estas guías básicas se refieren al proceso denominado branding y, sus pilares, se podrían agrupar en cuatro componentes.
Tanto el nombre como la identidad visual, son el primer paso para transmitir la esencia de una marca y diferenciarse de los demás. A través de un nombre único, fácil de recordar y con notoriedad, podremos transmitir los valores de nuestro negocio. Además, con un buen logotipo (con todos los elementos cuidados, desde las tonalidades hasta la tipografía utilizada) haremos que los usuarios y consumidores nos recuerden más y mejor.
Definir los valores que mueven nuestro negocio es casi tan importante como un nombre o un logo. Por ejemplo, si en nuestros principios figuran el respeto por el medio ambiente y la producción sostenible, los usuarios podrán recordarnos al surgir estos conceptos. Y, todo esto se debe reflejar en nuestro eslogan que, si es bueno, se fijará en la memoria de los consumidores.
Asimismo, los valores que tenga una marca, se dejarán notar también en la personalidad y tono que marcará nuestra comunicación en los diferentes soportes y formatos: publicaciones o interacciones en redes sociales, posts de blogs y sitios web, newsletters que enviemos en nuestras campañas de email marketing, así como en otros medios de comunicación convencionales.
Además, también debemos tener en consideración que en la construcción de una marca no solo es importante lo que podemos ver a través de una pantalla, sino también lo que podemos tocar, escuchar o experimentar. De este modo, son importantes las características del producto que vendamos, desde el gusto, tacto u olor, hasta la forma del packaging; pero también se debe cuidar cómo suena nuestra marca (el conocido como audio branding), es decir, los logotipos sonoros, los eslóganes y los jingles.
En lo que a redes sociales se refiere, si queremos ser memorables no solo debemos tener una personalidad arrebatadora, sino mostrar una consistencia y coherencia en nuestra comunicación. Esto es, aunque nuestros elementos visuales deben aceptar ciertas variaciones y adaptaciones al formato o soporte que estemos explotando, no debemos variar sin ningún criterio nuestro logo, eslogan, colores corporativos, tipografía, tono o cualquier otro elemento que conforme nuestra imagen de marca.
Una visión y uso integrado y armónico de nuestras redes sociales es mucho más sencillo de lo que podamos pensar, si tenemos en cuenta algunas normas:
- Sé coherente en todo lo que dices y en cómo te muestras. Los mensajes contradictorios y dispares o una identidad visual en constante cambio, aleja a los usuarios de nosotros. De este modo, influirá que tengas la información desactualizada en tu tarjeta de Google o que no coincidan los datos que publicas en Instagram con los de Facebook, pero también que cambies constantemente la tipografía en tus diseños o los colores de tu logo.
- Tus redes sociales no son un catálogo de productos. Las plataformas sociales son un escaparate y medio de promoción por excelencia, de eso no hay duda, pero esto no significa que nuestros seguidores quieran ser bombardeados constantemente con lo que vendemos y los servicios que ofrecemos. También quieren contenido de calidad que los satisfagan y experiencias únicas. Planifica qué publicaciones quieres compartir, interactúa y permite que tus redes sean un espacio para la comunicación bidireccional.
- La personalidad y las experiencias. Los usuarios valorarán que les ofrezcas algo a cambio de su fidelidad y, como ya sabemos, los sorteos o concursos están a la orden del día. Además, en relación a otras estrategias de marketing en redes sociales, si decides aprovecharte de los beneficios de tener una figura popular o influencer para que promocione tu negocio, no olvides que debe concordar con tu personalidad y los valores que representan tu marca.
- Actualizarse o morir. Como medio para asegurar que tus redes sociales no caen en el olvido, debes mantenerlas en constante actualización y cambio. ¿Tu número de teléfono ya no es el mismo? ¿Has tenido un imprevisto y no puedes abrir tu tienda? ¿Has cambiado la dirección de tu local? Asegúrate de que todos los cambios figuren en la red.
En definitiva, el objetivo de este proceso es conseguir que nuestra audiencia o clientes tengan una visión sólida y positiva de quién somos y qué ofrecemos. Siguiendo estos sencillos principios, no solo conseguiremos mejorar la imagen de marca, sino que robaremos esos ansiados “corazones” allá donde publiquemos nuestro contenido.