Cuando arrancamos un nuevo proyecto tenemos miles de preguntas a las que no siempre sabemos darle respuesta. En lo que refiere a nuestra presencia en la red y plataformas sociales, sucede exactamente lo mismo: ¿qué contenido debo compartir?, ¿cómo me debo mostrar?, ¿cuál es la mejor manera para comunicarme?, ¿debo responder a comentarios negativos o sólo a los positivos?, ¿qué idioma es el mejor para entablar una conversación bidireccional con mi audiencia? Son miles las cuestiones y matices a tener en cuenta y, hoy, nos centraremos en una para no quedarnos con nada que decir en la recámara: el idioma.
La lengua que escogemos para hablar con nuestro público y clientes potenciales es un buen punto por el que comenzar a construir nuestra comunicación en redes sociales. No solo es una decisión práctica, sino que puede pasar a formar parte de nuestros valores, es decir, de nuestra identidad, y decir mucho de quién somos, qué hacemos y cómo lo hacemos. Sino piénsalo, ¿eres capaz de recordar alguna marca que use varias lenguas en sus publicaciones o que sólo publique, por ejemplo, en gallego? Seguro que tu respuesta es afirmativa. Está claro: el idioma o nuestra actitud ante él nos puede hacer memorables.
Además, en nuestra estrategia digital, como es lógico, también debemos considerar cuántos usuarios nos siguen y qué lengua o lenguas hablan. De este modo, si nuestra comunidad online es, en su gran mayoría, de habla hispana, no tendría sentido comunicarnos en inglés. Por el contrario, si existe una mayor segmentación lingüística, tal vez nos compense utilizar herramientas para publicar en varios idiomas o incluso tener una página diferente para cada uno de ellos. De un modo u otro, es una decisión muy personal y existen varias maneras de abordarla:
- Una página por idioma. Es una opción muy recurrida por grandes marcas, con miles o millones de seguidores, para la segmentación de su público. De igual modo que pueden crear diferentes páginas o perfiles para diferenciar productos y servicios (por ejemplo, Adidas diferencia entre ropa deportiva y calzado para fútbol, baloncesto o running, entre otros), también lo hacen para diferentes áreas geográficas o idiomas. Por el contrario, si eres una pequeña empresa, esta posibilidad no es muy recomendable.
- Traductor automático. Tener la herramienta de traducción automática activada puede resultarnos útil y ahorrarnos mucho tiempo. Lo bueno de este servicio es que está disponible en todas las redes sociales y, lo malo, no siempre traduce todo lo bien que podría hacerlo. Si es la opción que más te convence, puedes habilitarla desde la configuración de tu página o perfil.
- A mano. Frente a los fallos que puede ocasionar el traductor automático, siempre quedará la traducción manual, es decir, escribir nosotros mismos en las lenguas deseadas. Es una de las opciones más utilizadas ya que nos asegura que el mensaje llega correctamente a nuestra audiencia. El mayor problema que presenta es que, de ser un mensaje muy extenso, se creará un bloque de texto que muchos no leerán hasta el final.
- Publicar en varios idiomas. Por último, ante la lectura tediosa que se genera con las traducciones a mano, Facebook nos brinda la posibilidad de publicar en varios idiomas (tantos idiomas como queramos) y que a los usuarios se les muestre en el idioma de su preferencia. Es decir, si un usuario tiene Facebook configurado en castellano, la publicación le aparecerá en castellano y, si la tiene en gallego, podrá leerla en gallego.
Aunque siempre dependerá de nuestras preferencias, nuestra estrategia y también de nuestro público, no siempre es sencillo decantarnos por un idioma u otro, así que, ¿por qué elegir cuando podemos tener más de uno? En definitiva, el quid de la cuestión estará en cuál es la mejor herramienta para mostrarnos al mundo en varias lenguas.