En el ordenador, la tablet y especialmente el móvil. La información llega a nosotros a través de los múltiples soportes digitales a los que estamos conectados. En muchos casos, se habla incluso de sobre-información.
Estrategia Push: o lo que es lo mismo, empujamos para dar a conocer un producto. Este procedimiento se implementa, entre otros casos, en el momento en que un motor de búsqueda nos muestra un determinado anuncio. Por ejemplo, estoy buscando un sombrero que me proteja del frío y ahí están, múltiples avisos comerciales se muestran a mi paso. No puedo quejarme, ¡los estaba buscando!
Estrategia Pull: en este caso, nos encontramos ante el supuesto contrario, en el que más que empujar la información se “tira”. Es decir, no estoy buscando el producto, sino que es el anuncio el que sale a mi encuentro. Seguro que, en redes sociales, te ha pasado en múltiples ocasiones: al consultar tu muro te sugieren distintos productos o servicios que tú, en principio, no buscabas pero que ¡te tientan!
En definitiva, se trata de dos estrategias muy distintas y cuyo uso dependerá, fundamentalmente, de nuestro objetivo. Si nuestro producto es muy conocido, el procedimiento push puede beneficiarme pues ¡ya saben que existo y en algún momento me buscarán! Si, por el contrario, no lo es, la decisión es muy distinta: debo mostrarme a mi público potencial mediante una estrategia pull.
¿Te ayudamos a determinar la estrategia más adecuada en tu caso?